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"Venid a Mi todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo los haré descansar". (Mat. 11:28)
Erigir un nuevo templo (el tercero) para los judíos significaría que las profecías de los últimos tiempos se han cumplido, y que sería el momento de la llegada del Mesías.
Israel | Lunes 19 de Abril, 2010 | Por Nínro Ruíz Peña
Después de esta pasada Pascua en Jerusalén se han dado a la tarea de promocionar la construcción el Tercer Templo. La promoción del Tercer Templo ha consistido en grandes letreros en cientos de buses de Jerusalén, con anuncios que incluyen una imagen representando un Templo Judío en el actual Monte del Templo, haciendo el llamado de la construcción inmediata.
“El Templo puede ser construido pronto en nuestros días”, decía debajo de la foto de los carteles publicitarios, un texto sacado del libro de oración diario de los judíos ortodoxos. Según se conoce, el templo que se pretende construir estaría en el mismo lugar que el original, y que actualmente ocupan las dos mezquitas ubicadas sobre el Muro de las Lamentaciones.
El grupo conservador judío Eretz Yisrael Shelanu, del movimiento “Our Land of Israel/The Land of Israel is Ours” (Nuestra tierra de Israel/La Tierra de Israel es nuestra), es el promotor de esta campaña y encabezada por los rabinos Shalom-Dov Wolpe y Baruch Marzel. El grupo también es conocido de manera más abreviada como SOS-Israel.
Los organizadores han elegido colocar los carteles en buses cuyas rutas cruzan preferentemente los vecindarios árabes de Jerusalén Este. Los musulmanes han respondido lanzando huevos a los autobuses que exponen los anuncios.
“Israel y millones de judíos esperan con emoción la venida del Mesías y la reconstrucción del Templo. Los árabes y el presidente Obama saben que el Templo se construirá en el Monte del Templo en el mismo lugar que ahora ocupan los edificios provisionales”, dijo el rabino Volpo, líder de SOS.
Antecedentes del primer Templo de Jerusalén
Nabucodonosor fue quien destruyó el primer Templo de Jerusalén, edificado en los tiempos de Salomón. Fue hace 2.700 años. Según la tradición, en sus profundidades se conservaba el arca de la alianza. Fue reconstruido, pero en el año 70 los romanos volvieron a reducir este segundo templo a cenizas, hasta no dejar piedra sobre piedra, cumpliéndose la profecía de Jesús.
Desde entonces, erigir un nuevo templo (el tercero) ha sido el sueño de millones de judíos. Para ellos, su reconstrucción significaría que las profecías de los últimos tiempos se han cumplido, y que sería el momento de la llegada del Mesías (para ellos, la primera, puesto que no reconocen a Jesús como Mesías). Además, a nivel sociopolítico la construcción del templo determinaría para los judíos que llegaría por fin la escenografía del dominio israelí sobre Oriente Medio.
(NoticiaCristiana.com).
Uno debería gozar los días que le han sido concedidos, porque si los utiliza correctamente para estudiar
Cuando captamos esta idea podemos comprender el sentido del versículo: «Y circuncidará El Eterno tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a El Eterno, vuestro Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas» (Deuteronomio 30,6). La frase «a fin de que vivas» parece estar fuera de lugar, pero si tomamos en cuenta lo que hemos enunciado anteriormente, es evidente que esa frase tiene mucho sentido.
Considerad la siguiente parábola:
Una vez un hombre salvó la vida del hijo del rey y como recompensa le fue concedido el privilegio de pasar veinticuatro horas en la tesorería del rey, recogiendo toda la plata, el oro y los preciosos cálices que deseara. Cuando llegó el gran día, él trabajó con todas sus fuerzas y logró amasar una enorme fortuna.
Desde aquel día en adelante su riqueza aumentó hasta llegar a ser el hombre más rico y famoso del mundo. Cada año ofrecía un magnífico banquete a todos los nobles del país para conmemorar el evento. Esto continuó durante varias décadas, hasta que finalmente el resto del mundo olvidó el incidente original que dio origen a su fortuna.
Un día, en el transcurso del banquete anual, planteó una pregunta a sus acaudalados invitados: «¿Qué día es a vuestro entender el más precioso para mí?»
«Seguramente éste», conjeturaron, «tomando en cuenta lo hermoso que ha sido ornamentada su mansión, las sillas cubiertas de oro y sobre la mesa hay un despliegue de manjares exquisitos. Todos los nobles del país están sentados en derredor de su mesa y usted mismo está vestido con galas dignas de un rey».
El hombre respondió: «Efectivamente, hoy estoy muy contento. Sin embargo hay un día que nunca voy a olvidar. Estaba hambriento y vestido con simples ropas de campesino, sin un solo sirviente para atenderme, y sin embargo, el éxtasis de cada momento de aquel maravilloso día fue muchísimo más intenso que el alborozo que siento en este momento».
Los invitados murmuraron asombrados a medida que su anfitrión continuaba la narración: «Me refiero al día en que se me permitió entrar en la tesorería del rey y llevarme todas las riquezas que pudiera recoger en 24 horas. No comí ni bebí durante todo el día, porque me negaba a abandonar el tesoro ni por un momento. Mi ropa era simple, nadie me servía y pese a ello mi alegría no tenía límites porque con cada momento que pasaba veía crecer mi fortuna al descubrir otro precioso cáliz o gemas de valor incalculable.»
«Así pasé las veinticuatro horas sin sentir hambre a causa de mi enorme alegría. Hoy es diferente, ya he disfrutado de mis riquezas y galas por tanto tiempo, que me he acostumbrado a ellas y no me producen tanta alegría».
El mismo principio se aplica en nuestro caso. El Eterno nos ha permitido acceso a Su tesoro más preciado:
Su corazón debería rebosar de amor intenso y firme por El Eterno, aunque su vida en este mundo esté llena de tribulaciones y sufrimiento. Después de todo tiene la oportunidad de recoger las joyas más preciosas. Como lo dice el hombre de la parábola: mientras estaba en el tesoro su incomodidad física fue obliterada por su alegría.
¿Por qué entonces no nos alegramos? El problema es que nuestros corazones son demasiado insensibles e incapaces de reconocer el verdadero valor de
Pero en el Mundo Venidero, cuando nuestros corazones sean circuncidados, apreciaremos el valor de
Este es entonces el significado del versículo: «El Eterno circuncidará tu corazón... a fin de que vivas». Lo que quiere decir que una vez que vuestro corazón ha sido circuncidado, Lo amaréis a El profundamente, sólo por habernos regalado la vida.
En Salmos (73:25) dice: «¿A quién tengo yo en los Cielos salvo a Ti? Y fuera de Ti nada deseo en
El dueño de cierta tienda vio un día pasar al empleado de su competidor. Inmediatamente vio en el rostro del trabajador que algo le sucedía. El tendero se acercó a él y le preguntó cuál era su problema. El trabajador replicó que había sido temporariamente suspendido porque en ese momento no había trabajo.
«¿Por qué no vienes a trabajar para mí entretanto? Te ofrezco tres meses de trabajo a muy buen salario», le ofreció.
El trabajador le preguntó ilusionado «¿Podrías emplearme en forma permanente?» Pero el tendero respondió que desgraciadamente no podía.
«En tal caso», dijo el empleado, «no puedo aceptar tu oferta. He trabajado para el mismo patrón durante muchos años y yo sé que eventualmente necesitará más trabajadores. Si cuando él tenga trabajo para ofrecerme yo no estoy disponible, simplemente tomará a otra persona. Y cuando el período en tu tienda se acabe y yo intente volver a él, probablemente me dirá: ‘¿Dónde estabas cuando te necesitaba?’ y así perderé mi trabajo para siempre. Prefiero sufrir de desempleo durante unos meses que perder un puesto que he conservado durante tanto tiempo».
Así sucede en nuestro caso. El Santo, Bendito Sea, nos ha creado y continúa manteniéndonos. Cada día Él provee nuestras necesidades. De tiempo en tiempo sucede que El Eterno oculta Su rostro de nosotros a causa de nuestras transgresiones. Cuando nuestras fortunas sufren un descalabro, la tendencia al mal inmediatamente aparece y nos propone trabajar para ella. Cuando ésto sucede uno debe preguntarse: «Incluso si el Mal Instinto cumple sus promesas a corto plazo ¿qué sucederá cuando finalice mi breve estadía en este mundo y deba regresar al Cielo? ¿Me ayudará entonces? ¡Por supuesto que no!»
»¿A quién pediré ayuda? Estaré rodeado de ángeles santos, cada uno de los cuales puede consumir al mundo entero en llamas con el aliento de su boca. ¿A quién me dirigiré sino al Mismo El Eterno, Fuente de toda misericordia?
«Por lo tanto no puedo permitirme servir a ningún otro patrón, ni aún temporariamente. Vale la pena soportar un período de sufrimiento pasajero en este mundo para poder después refugiarme bajo la sombra de El Eterno en la eternidad».
Este es el significado del versículo: «A quién tengo yo en los cielos», es decir ¿quién en el Cielo podrá ayudarme salvo El Eterno? De aquí que «fuera de Ti nada deseo en
Éxodo y Redención – R. Moshé Louis
¿Cual fue el propósito de Dios al castigar a la tierra de Egipto con 10 plagas tan terribles?
Propósito
La plaga de la sangre es la primera del grupo que viene a confirmar la existencia de Dios, el hecho de que Dios creó el universo a partir de la nada, y Su control absoluto del mundo.
Resumen
La plaga de la sangre comienza tras una advertencia diaria que dura tres semanas. Delante del Faraón, Aarón golpea el río con su vara. De allí en más y durante una semana(o tres según algunos) no hubo una sola gota de agua en toda la tierra de Egipto. La divinidad más grande y poderosa que adoraban, el Nilo, les causaba este oprobio, mientras que los demás dioses de madera y piedra, en lugar de salvarlos… ¡manaban sangre y trían más sangre aún! En contraposición a esto los hijos de Israel disponían de agua, y e abundancia. Si bien podían haber dejado morir de sed a los egipcios, por simple generosidad aceptaban vendérsela -aunque a buen precio. Fuera del problema de la sed, la sangre los castigaba de otros modos: manaba de los árboles, de las piedras, de sus propias camas y por las paredes de sus casas. A donde miraban había solo sangre; la olían, la sentían en su boca y se revolcaban en ella. Ya en esta primera plaga Dios demostraba al Faraón que él no había creado el río –de lo cual solía jactarse-, sino que Él –Dios- era el Creador de las aguas, las que se hallan subyugadas a Su Voluntad.
Propósito
La plaga de las ranas demostró la existencia de Dios, que Él es Quien creó el mundo a partir de la nada y que Él es Quien creó y controla a todas las criaturas marinas. Quedó claro a la vista de todos que la “naturaleza” no es una fuerza independiente, sino que todo ocurre acorde a
Además de la enseñanza de un fundamento básico de
Resumen
Al día siguiente de haber concluido la plaga de la sangre, cuando los egipcios aún no conseguían quitarse la inmundicia de encima, Moisés se presenta ante el Faraón advirtiéndole (en 23 ocasiones) sobre el arribo de la siguiente plaga. Esto se dio día tras día durante tres semanas.
Aarón se para frente al Faraón, extiende su mano sobre las aguas de Egipto y las ranas comienzan a emerger. Éstas invadieron Egipto llenando el territorio: estaban en las casas, en los dormitorios, en las camas, en los hornos, en la comida, en los vasos, en los platos, en sus bocas e, incluso… ¡en sus estómagos! Croaban día y noche, y sus voces estremecían a los egipcios atemorizándolos, situación que se prolongó siete días. Sólo tras el rezo de Moisés –donde a pedido de Faraón ruega a Dios que se las lleve- las ranas mueren. Sus cadáveres se amontonaban por todo Egipto en innumerables pilas que hacían apestar la tierra.
¿Por qué Dios les trajo ranas y no otra especie?
“Tú dijiste: El río es mío. Pues te mostraré si es tuyo o Mío. De él emergerá un castigo para ti: le decretaré que expulse ranas. Y tal como se lo decreté a las aguas (durante los seis días de
El Faraón se sienta en su trono rodeado de todos los grandes de su reino. ¡De pronto llegan las ranas verdes, frías y resbalosas, las que –sin dejar de croar- se abalanzan directo sobre el Faraón, metiéndose por los orificios de su cuerpo y saliéndose por la boca! De
Los egipcios se hallaban desconcertados. Nuevamente vuelve a golpearlos el río, su dios, del que –a pesar de no quedar ningún ser vivo tras la plaga de la sangre- de pronto salen ranas en volúmenes incalculables. ¿De donde llegan? ¡Todo lo que estaba en el río estaba muerto! ¡¿Pescados no hay, pero ranas si?! Y no solo ranas emergían del río, sino que también todas las criaturas mortales que hay en el mar.
“Ustedes tomaban personas de la tierra para arrojarlas al mar. Por eso Dios les envía criaturas marinas a la tierra firme, para cobrase de ustedes”
Las ranas penetraban incluso en las casas más protegidas. No había sitio a salvo de ellas. Las ranas descendían hasta el abismo y de allí subían hasta la superficie, donde las casas de los ricos detenían su ascenso. Entonces hablaban a los pisos de mármol: “¡Abran paso para que subamos y cumplamos así
Aquellos egipcios que habitaban las regiones alejadas del río, contemplaban estupefactos y aterrorizados que de cada gota de agua que tocaba la tierra surgía una nueva rana. Procesos similares a los de la obra de
“Los gritos de las ranas recordaban los gritos de los niños que tomaban para construir las paredes de las casas y apretujarlos dentro de ellas”
Propósito
Ésta es la última plaga del primer grupo, golpes enviados para demostrar la existencia de Dios como Creador del mundo a partir de la nada. Esta plaga conlleva una prueba adicional: que Dios crea y saca seres vivos de la tierra. Su Voluntad convirtió la tierra –algo inanimado- en un ser vivo.
Resumen
Sin previo viso ni advertencia Moisés y Aarón se presentan ante Faraón (solo aquellas plagas que eran mortales estaban precedidas de advertencia), entonces Aarón golpea el polvo del piso y toda la tierra de Egipto se transforma en piojos, ¡desde su superficie hasta una amá (60cm aproximadamente) de profundidad! Incluso el recubrimiento de las paredes de las casas se vuelven piojos. El menor de los insectos es como el huevo de una gallina y el mayor como de un ganso. Durante una semana los piojos pican sin pausa a hombres y animales por igual. Los hechiceros intentan imitar la plaga sin resultado alguno, admitiendo ante el Faraón que esto es obra del “dedo de Dios”. A pesar de todo, el Faraón endurece su corazón y no envía a los hijos de Israel. En esta plaga se anula la severidad de la esclavitud de los hijos de Israel, aunque
con esto queda completada la primera lección de la emuná, la que corresponde a este grupo de plagas -(Sangre, ranas y piojos)- en el que queda demostrado la existencia de Dios y su condición de Creador del mundo a partir de la nada.
Si bien el yugo de la esclavitud disminuyó no bien iniciadas las plagas, de todas formas siguieron trabajando con ladrillos hasta la plaga de los piojos, cuyo comienzo fue la anulación definitiva de aquella labor.
En medio de sus esfuerzos por retornar a la normalidad, sin previo aviso y súbitamente el mundo se oscurece –en todo sentido- para los egipcios. Toda la fértil tierra de Egipto se había transformado en piojos. ¡El polvo frío, seco y estático, una creación inanimada, de pronto se vuelve algo vivo: piojos!
Y no fue solo una especie de piojos los que envió Dios a los egipcios, fueron 14 clases de piojos. ¡El rey y la reina están cubiertos de piojos! ¡Los egipcios más distinguidos, sabios, cultos y limpios tenían piojos! Y cuanto más se rascan, los quitan y luchan con ellos, más y más llegan. Es una verdadera locura, una batalla perdida desde el inicio. Únicamente picazón, dolores… e impotencia.
Tras algunas horas de “danza” ininterrumpida, el agotamiento se torna realmente severo. Más, nuevamente y como sucedía con las plagas anteriores, es imposible dormir: están completamente cubiertos de piojos y no hay cómo quitárselos de encima. Y ni hablar de la picazón, molestia que incluso puede conducir a la locura.
Durante una semana nuevos inconvenientes se fueron suscitando: el cansancio se había apoderado de los egipcios, a lo que se añadía la problemática de poder alimentarse y beber en forma normal.
Tales actividades no eran precisamente sencillas, ya que los piojos poblaban sus caras y sus manos. ¿Y cómo comían? Quizá los piojos entraban en sus bocas cuando las abrían. Siendo así, seguramente les picaban la lengua, el paladar y las encías. También la sed los golpeaba. Sobre todo por la sangre que los piojos les succionaban y por las lágrimas de dolor que les hacían derramar. Beber era doloroso, pues debían apoyar el vaso sobre los labios hinchados por las picaduras. Además era repulsivo beber de un vaso dentro del cual los piojos se arrojaban.
El sufrimiento era tremendo y sin tregua. Día y noche los egipcios luchaban con los piojos y ya ni se ocupaban de sus tareas.
En plena batalla contra lo piojos, el egipcio escucha gritos de dolor y miedo. Provienen de sus hijos pequeños, que juegan en la tierra y que ahora están sumergidos en un océano de piojos, quienes gritan por el dolor de las picaduras y –además- frente al terror de ahogarse en ese mar de insectos.
Los piojos atacaban también a los animales y al ganado, amargando así la vida de los egipcios y afligiéndolos con sufrimientos sumamente graves.
Afuera la situación es desesperante. Burros, caballos, camellos, vacas e incluso las “sagradas” ovejas están literalmente cubiertos de piojos. ¡El egipcio no logra comprender por qué su dios –la oveja- no los salva! Todos sus animales aúllan de dolor y se trastornan intentando librarse de este molesto dolor.
Nuevamente el ruido y la confusión de las victimas (hombres y animales) de la plaga se apoderan de Egipto.
Había egipcios que creían que su dios el río los salvaría, y se arrojaban en él. Sin embargo su dios volvía a engañarlos, pues incluso allí llegaban los piojos y la batalla proseguía en el agua. No hay modo de ingeniárselas contra el Creador. ¡Nadie es salvado y no hay quien pueda salvar! ¡No hay consejo o recurso sin Él!
“Ustedes conspiraron para destruir una nación que fue comparada con el polvo de la tierra. Vendrá una criatura formada del polvo de la tierra y les hará pagar por ello”
Durante esta plaga se anuló la “sabiduría” de los hechiceros y su “importancia” descendió en gran medida, ya que los hechiceros no pudieron crear piojos, y estuvieron obligados a admitir que esto era producto de “el dedo de Dios”.
Los malvados hechiceros admitieron intelectualmente (mas no en sus corazones) que la existencia de Dios era un hecho. Sin embargo, el Faraón y Egipto aún no estaban dispuestos a vivir de acuerdo con el principio reconocido. Por ende, siguieron negándose a enviar a los hijos de Israel.
Así concluía el primer grupo de las plagas:
Sangre: Dios demostró que Él es el Amo exclusivo de las aguas.
Ranas: Dios demostró que Él es el Amo exclusivo de las criaturas acuáticas.
Piojos: Dios demostró que Él es el Amo exclusivo del polvo de la tierra.
La primera lección de la enseñanza que Dios deseaba transmitir al Faraón y a sus criaturas es que: Dios existe y Él creó el universo a partir de la nada.